Elefante Blanco 2012
País: Argentina y España.
Año: 2012
Dirección: Pablo Trapero.
Intérpretes: Ricardo Darín, Jérémie Rénier, Martina Gusman.
Reseña:
El llamado Elefante blanco ya es una insignia que demarca los vaivenes históricos de nuestro país. Nacido del proyecto del Senador Nacional por el partido socialista, Alfredo Palacios, en el año 1937, quiso convertirse en el hospital más grande de Latinoamérica. Sin embargo, los conflictos políticos y sus incidencias sobre la economía y la sociedad, perpetuaron una obra hasta hoy inconclusa. Se comenzó en 1938 pero a los pocos años tuvo un cese. Luego, durante la presidencia de Perón se retomaron las obras, que quedaron inconclusas por orden del golpe militar que lo derroca. Todos los intentos posteriores de continuar la obra se vieron fallidos; recién desde hace unos pocos años, se están realizando obras para asistir a la población de la villa que se encuentra en sus márgenes. Ya no es el proyecto de un majestuoso hospital. En esta estructura de doce pisos de altura, y muchísimos metros cuadrados, se alojan desde hace unos pocos años, un jardín Maternal y un taller textil, construido por Madres de Plaza de Mayo. Dadas las dimensiones de la estructura, se pretenden hacer una escuela primaria y secundaria, y además, un centro de salud.
El "elefante blanco", llamado así por su envergadura, se encuentra emplazado hoy en la villa 15 de la ciudad autónoma de Buenos Aires, a la que también se la ha apodado como "Ciudad Oculta" (nombre que constituye una gran paradoja).
La película de Trapero intenta, de manera polémica, conciliar una mirada realista pero a la vez ficcional, de aquello que diariamente sucede a la orilla de este fastuoso esqueleto de concreto. Se esfuerza por quitar cada uno de los prejuicios de clase existentes, proponiendo una percepción diferente para quienes operan sobre la reproducción de estos falaces prejuicios.
Nacida de un hecho trágico en el amazonas, la historia narra las condiciones a las que se ven expuestos los párrocos de la iglesia en situaciones de abandono; en dónde la encrucijada se da entre la política y la violencia. La trama llevará a la villa, las pasiones de Julián (Jeremie Renier) y el dolor relativo a su fe y el lugar que ésta debe ocupar. La duda aparecerá con una joven asistente social, interpretada por Martina Guzmán, que traslada la relación de asistencialismo a un estado tabú. La inclemencia de esta nueva misión en Buenos Aires, se volverá un expurgo, en la que deberá elegir entre el altruismo y el egoísmo. De la misma manera, Gerónimo (Darín), su amigo, encarnará el personaje de un sacerdote que a consecuencia de las condiciones a las que ve sometido a los suyos a diario, se encuentra cada vez más envuelto en la ira y la resignación. Su camino culminará más que con su beatificación, con un reconocimiento popular ineludible, que pondrá en cuestionamiento el papel social de todos, frente este flagelo.
Sin dudas es una película fuerte; toca un lugar muy sensible de la sociedad Argentina, y aunque es muy criticable en algunos aspectos, su impacto sobre ciertos sectores de la opinión pública, servirá para poner en el tapete de discusión, algo sobre lo que desde hace muchos años, los prejuicios mediáticos se han preocupado en ocultar, para dar lugar a otros como la inseguridad.
Muy buena película. Recomendable.
Por Roy Crespi.
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